Acudir a este encuentro invitada por Silvia Medina en mi barrio ha sido uno de los momentos más emotivos como poeta que he vivido.

Poder disponer de este espacio cultural llamado Art Concept Alternative en la calle Alta número 80 en Santander (mapa), después de tantos años luchando por conseguir lugares para tod@s los artistas locales y tod@s los que quieran compartir y seguir creando, sobre todo vínculos indestructibles dentro y fuera de mi pequeña Cantabria, con personas maravillosas que aún creen en la magia.

La magia de compartir y vivir experiencias tan bonitas que hacen que nunca quiera dejar de escribir, para seguir contando porqué es tan importante amar para ser feliz.

Compartir versos con Jacinto Herreras siempre es precioso ya que sus letras relatan la vida y el amor como si fuera lo más importante para soportar el dolor. También canta y recita como si quisiera alzarse en vuelo y de un pájaro se tratase.

Rodeada de arte, cuadros y varias exposiciones el 10 de diciembre de 2023 acompañamos con nuestros poemas en este festival que sucedió del 9 al 23 de diciembre con numerosas perfomances, conciertos con diferentes músicas de varios países, danzas, flamenco, arte abstracto y poesía, mucha poesía.

Os dejo la geolocalización para que vayáis a conocerlo!!

https://maps.app.goo.gl/DDcFrhCPYraMXKnJ6

 

 

Y si en lugar de hablar de ti hablo de lo que hacías todos los días cuando no te veía, de todas las cosas que me enseñaste Del Mar.

Sabes que me encantaba ir contigo, recuerdo aquellos años como los mejores de mi vida, éramos jóvenes y también felices juntos.

Luego aquel año que hubo una ciclo génesis en la bahía de Santander llegó la tragedia de nuestras tormentas que hizo que la lluvia se lo llevara todo, arrasó como un naufragio a nuestras vidas

y se rompió el amor.

Pero ahora no voy a hablar de eso, no quiero que las gotas vuelvan a empañar mis ojos

hasta verlo todo otra vez borroso.

Prefiero contar las noches que me llevabas a suministrar a los barcos pesqueros al puerto

y esperábamos hasta que les veíamos llegar a lo lejos con sus luces marineras.

Entonces ahí llegaban cansados, exhaustos de la dura vida de la mar, con tantas ganas de pisar tierra firme, llegar a sus casas, abrazar a sus mujeres, besar a sus hijos ya dormidos y arroparles como no pueden hacer el resto de las noches.

No sin antes por supuesto descargar todos los peces que habían conseguido en su captura,

fríos por el hielo que les cubría en esas cajas de plástico tan pesadas

donde las mujeres ayudaban sin cesar.

Otras veces llegábamos a cuando partían y recuerdo como si ahora lo estuviera viendo

lo duro que era verles despedirse de sus mujeres y las personas que les acompañaban al puerto pesquero.

Tan dura, nostálgica, bonita y enigmática la vida Del Mar.

Tantas noches, durante tantos años…

En esa furgoneta blanca serigrafíada con el logo de tú empresa sonriendo sin parar, siempre hablando de los planes que teníamos juntos, los viajes, tantos viajes en tantos embarcaciones tan diferentes.

Barcos grandes, pequeños, cargueros, de personas, ferrys, barquitas motoras, catamaranes,

barcos de vela donde nunca pensaba que iba a naufragar contigo.

Pero llegó el día o más bien la noche o quizás fuera el ver amanecer en la bahía de Santander

desde aquel precioso torreón que rodeaba la habitación, donde pude ver lo que iba a suceder

al observar el mar a lo lejos pidiendo clemencia al tiempo para no morir en el intento de salvarnos de aquel naufragio que hizo que se rompieran los lazos que nos unieron y así el amor.

Aquellos maravillosos años que nunca volverán porque si no, no sería el pasado

pero que recuerdo con tanto cariño y nostalgia.

Donde fuimos tan felices que tan solo me queda decirte gracias, por enseñarme que la vida

a veces puede ser maravillosa si te lo propones.

Y aprender a navegar solo es cuestión de empezar…

“De todos los colores… me quedo contigo”

Nunca antes una escala de grises había llenado mi vida de tanto color.
Nunca antes había sentido tanto el gris en mi piel hasta fundirse en un átomo
de consciencia ante mi propia realidad.
Nunca había estado sumida en tonalidades vertiginosas que han pasado
de casi negro a casi blanco.
Nunca un color oscuro me hizo encontrarme despertándome con toda esa luz
brillando en la oscuridad.

Sumida en el vertiginoso momento en el que te estrellas en tu propia realidad,
para resurgir de las grises cenizas del humo del pasado con cierta introspectiva,
que me hace sentir aún más viva.

Hubo días, demasiados días siempre grises, siempre ausentes, demasiados días,
demasiadas noches, siempre grises.

Un cielo que no dejaba nunca ver el sol,
una luna que se apagaba por no poder ver brillar las estrellas,
durante varios años eclipsados por energías negativas.

Entonces recordé que la polaridad de las cosas cambia
y empecé a confiar hasta que la lluvia dejó de caer,
porque no solo llueve en el corazón, también llueve en el alma.

Y todo se volvió tornasolado, transmitiendo su color irisado,
en felicidad que habita en mi.
Habita cromático con los cinco sentidos,
destacando el plata que brilla transformándose en mi color favorito,
apoderándose de todo lo que me rodea convertido en sonrisa infinita.

Traspasando la barrera de la tristeza, superando el abismo de no caer al vacío,
disfrutando del camino porque no me hace falta llegar,
solo recorrerlo sin llorar
y aflorar los sueños para poder hacerlos realidad sin ninguna impunidad.

Amando un solo color por encima de todas las cosas,
donde solo puedo decir gracias,
gracias por enseñarme lo bonita que puede llegar a ser la tristeza.

 

El día que todo esto acabe
veré de nuevo brillar el cielo lleno de estrellas.

Si hay conexión se crea la magia
y cuando hay magia se siente.

Entiendo la vida en pequeños fragmentos vividos,
pequeños y grandes recuerdos
que llenan mi corazón de consuelo
cuando siento un gran anhelo de ti,
o de cualquiera de las personas que quiero
y no tengo cerca.

Mi magua, la que llevo por dentro,
que nunca se cansa de recorrer mi cuerpo.
La noto como se mueve porque a veces quema
y me arde el pecho,
después inhalo y expulso el aire muy despacio
para que no duela tanto.

He pensado tantas veces que puedo volar sin caer
que una más no me da miedo,
me hace más fuerte.

Ser fuerte aunque duela, aunque dudes,
aunque temas no saber que va a pasar.
Luchar por lo que quieres te hace aún más fuerte,
luchar por lo que amas y a quien amas.

El día que todo esto acabe lo primero que haré
será poder abrazarte.

Este poema se escribió durante la pandemia como colaboración del libro que publicó S-mal poesía (Poetry Slam Zaragoza).

Hace ya varios años que Ana y yo nos conocemos y algunos menos que volvimos a coincidir en circunstancias muy diferentes que nos unieron por muchas cosas más.

No solo nos unía la tristeza, melancolía, (des) esperanza, la poesía y haber plasmado en un papel la pérdida,

la Magua que todxs llevamos dentro.

Sobre todo cuando sentimos que como dice Sabina; “Lo malo de morir de amor es que no mueres nunca.”
y que hay “amores que matan que no mueren nunca.”

Ana es alguien que como yo quiso detener el tiempo y llenarlo todo de versos.
Confió en los astros para que así fuera, en la luna y las estrellas,
para que un “memento vívere” no se la escapara de las manos en una primavera llena de sueños por cumplir.
Donde la lluvia, el mar y el silencio son los suspiros derramados por seguir creyendo
en el amor.

Y seguir cumpliendo sueños que se convierten en realidad como este libro cargado de letras que salen directas del corazón de Ana.
Días de Sol y lluvia está escrito en esos días en los que el alma está llena de emociones que solo así,
se pueden expresar;
con la fuerza de las olas meciéndose en el mar.

Porque como ella misma dice, no hay que llorar por el pasado y …

“Que el tiempo vuela,
que el tiempo no espera.”

Será por eso de que abril es el mes preferido de los poetas y que es imposible salir de un corazón sin romperle que cuando la vida golpea con fuerza y conoces el desamor como el mayor golpe, como la mejor caída por el más precioso de todos los precipicios, hace que las chicas tristes como Cande y como yo sonriamos por dentro, llenándolo todo de mil colores.

Así es ella, baila con la nostalgia y quiere bailar y brillar por encima de las estrellas, porque el brillo de una estrella nunca se apaga en el cielo.

Su corazón habla en silencio pero no su libro, que después de viajar tantas veces por el litoral del desamor, sana con palabras en un intento de rimar la vida pasada, presente y futura; porque aunque a veces se caiga siempre resiste y vuelve a resurgir en un nuevo intento de derramar tinta para encontrar una nueva horma de su zapato.

Este libro muestra la esperanza en una puesta de sol con aroma canario, es un vuelo de tres horas hacía un paraíso convertido en isla.

Es como un viaje de donde sabes que vas a regresar, tal vez sola, pero mas tú, más llena de vida, aunque solo puedas sonreír desde dentro pero sabiendo que lo harás con una nueva sonrisa y con la certeza de saber que llegará alguien a hacer que vuelvas a sentir que el dolor tal vez nunca se cura, que las cicatrices nunca van a desaparecer pero que todo puede suceder y que vuelvan a abrazarte otra vez tan fuerte que todos tus pedazos rotos se vuelvan a unir.

Y es que estos poemas tienen luz propia, dolor que nace y muere para volver a convertirse en dolor pero que un día por fin desaparece y hace que la ruinas que dejaron construyan este poemario lleno de vida, donde casualidad y destino dejan de existir para fusionarse en el más puro sentimiento que puede describir a Cande; el amor y las olas que la llevan al mar en el que nunca deja de bailar, de soñar de sentir que no se puede vivir sin amar.

Vivir tanto que la vida frena cuando compartes un silencio y no te deja mover los pies.

A Cande la sucede lo mismo que me pasó a mí; ella solo quiere bailar bailar, bailar con la vida y creo que las dos sabemos cómo hacerlo.

En su poesía abre su corazón y nos muestra que el pasado nos hace más fuertes y nos ayuda a mitigar el dolor; que es libre, poética y con una pasión desenfrenada por vivir, por sentir y hacer de la vida un lugar donde quedarse.

Que por más puñales que se claven en su alma, nunca dejará de sonreír porque sabe cómo hacerlo, aunque a veces tenga que hacerlo desde dentro.

Gracias Cande por mostrarnos el mundo como solo tú sabes hacerlo, por estas letras que tienen ritmo propio para bailar con la vida y nunca dejar que se apague tu estrella.

Para Cáprica Ediciones.