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Poema post-pandemia para el libro «Plomo»

“De todos los colores… me quedo contigo”

Nunca antes una escala de grises había llenado mi vida de tanto color.
Nunca antes había sentido tanto el gris en mi piel hasta fundirse en un átomo
de consciencia ante mi propia realidad.
Nunca había estado sumida en tonalidades vertiginosas que han pasado
de casi negro a casi blanco.
Nunca un color oscuro me hizo encontrarme despertándome con toda esa luz
brillando en la oscuridad.

Sumida en el vertiginoso momento en el que te estrellas en tu propia realidad,
para resurgir de las grises cenizas del humo del pasado con cierta introspectiva,
que me hace sentir aún más viva.

Hubo días, demasiados días siempre grises, siempre ausentes, demasiados días,
demasiadas noches, siempre grises.

Un cielo que no dejaba nunca ver el sol,
una luna que se apagaba por no poder ver brillar las estrellas,
durante varios años eclipsados por energías negativas.

Entonces recordé que la polaridad de las cosas cambia
y empecé a confiar hasta que la lluvia dejó de caer,
porque no solo llueve en el corazón, también llueve en el alma.

Y todo se volvió tornasolado, transmitiendo su color irisado,
en felicidad que habita en mi.
Habita cromático con los cinco sentidos,
destacando el plata que brilla transformándose en mi color favorito,
apoderándose de todo lo que me rodea convertido en sonrisa infinita.

Traspasando la barrera de la tristeza, superando el abismo de no caer al vacío,
disfrutando del camino porque no me hace falta llegar,
solo recorrerlo sin llorar
y aflorar los sueños para poder hacerlos realidad sin ninguna impunidad.

Amando un solo color por encima de todas las cosas,
donde solo puedo decir gracias,
gracias por enseñarme lo bonita que puede llegar a ser la tristeza.