“De todos los colores… me quedo contigo”
Este poema forma parte de una colaboración muy especial con otros poetas que, como yo, forman parte del Poetry Slam. Un espacio donde las palabras no solo se escriben, sino que se sienten, se gritan, se comparten. Cada verso que nace ahí es un reflejo de lo que somos: vulnerables, intensos, vivos. Y este texto es solo una muestra de todo lo que puede surgir cuando nos unimos desde la emoción y la voz.
Hay textos que no se leen, se sienten.
Este poema me encontró en uno de esos días en los que una parte de mí necesitaba recordar que no todo es gris, aunque lo parezca.
Me hizo pensar en cómo a veces cargamos sombras que no son nuestras.
Cómo aprendemos a vivir con capas de tristeza que ni siquiera nos dimos permiso de soltar.
Y sin embargo, también me recordó esto:
Que siempre hay un color al que podemos volver.
Uno que nos nombra, que nos abraza sin pedir explicaciones.
Uno que no niega el dolor, pero lo ilumina.
Hoy, ese color —ese refugio— eres tú.
O soy yo.
O tal vez, somos todos cuando decidimos quedarnos con lo que de verdad importa.
Nunca antes una escala de grises había llenado mi vida de tanto color.
Nunca antes había sentido tanto el gris en mi piel hasta fundirse en un átomo
de consciencia ante mi propia realidad.
Nunca había estado sumida en tonalidades vertiginosas que han pasado
de casi negro a casi blanco.
Nunca un color oscuro me hizo encontrarme despertándome con toda esa luz
brillando en la oscuridad.
Sumida en el vertiginoso momento en el que te estrellas en tu propia realidad,
para resurgir de las grises cenizas del humo del pasado con cierta introspectiva,
que me hace sentir aún más viva.
Hubo días, demasiados días siempre grises, siempre ausentes, demasiados días,
demasiadas noches, siempre grises.
Un cielo que no dejaba nunca ver el sol,
una luna que se apagaba por no poder ver brillar las estrellas,
durante varios años eclipsados por energías negativas.
Entonces recordé que la polaridad de las cosas cambia
y empecé a confiar hasta que la lluvia dejó de caer,
porque no solo llueve en el corazón, también llueve en el alma.
Y todo se volvió tornasolado, transmitiendo su color irisado,
en felicidad que habita en mi.
Habita cromático con los cinco sentidos,
destacando el plata que brilla transformándose en mi color favorito,
apoderándose de todo lo que me rodea convertido en sonrisa infinita.
Traspasando la barrera de la tristeza, superando el abismo de no caer al vacío,
disfrutando del camino porque no me hace falta llegar,
solo recorrerlo sin llorar
y aflorar los sueños para poder hacerlos realidad sin ninguna impunidad.
Amando un solo color por encima de todas las cosas,
donde solo puedo decir gracias,
gracias por enseñarme lo bonita que puede llegar a ser la tristeza.
🖤
— La poeta que quería volar.
Plomo es una antología poética que reúne el trabajo de treinta y cinco poetas vinculados de diversas formas al espacio literario Poetry Slam Santander. Un libro colectivo es la convergencia de textos inéditos basados en dos conceptos, gris y azul. Y, también, es un libro que habla sobre la rutina, las nubes, el tiempo, el mar…


